Oriol Bohigas es un personaje importantísimo para la historia de la arquitectura contemporánea en Barcelona y en la Escuela de arquitectura. El rememorar de su labor impulsora y creativa en tantos ámbitos me ha traído el recuerdo de una enseñanza casi de catecismo infantil: las tres potencias del alma, según san Juan de la Cruz.

La memoria, como almacén ingente en una cabeza maravillosamente amueblada de la que se pueden extraer todos los elementos sobre historia de la arquitectura, panorama cultural catalán, evolución de la ciudad, personajes contemporáneos que han hecho posible el sinnúmero de sus aportaciones.

El entendimiento, que no es otra cosa que la capacidad de análisis y síntesis. Generador por tanto del espíritu crítico. Un entendimiento que le ha permitido comprender perfectamente el estado de la cuestión en la arquitectura española, en la escuela de Barcelona, en el Ateneo o en el urbanismo de la ciudad. Y un espíritu critico que la ha llevado a adoptar una actitud de cambio, y a veces revolución, en todos esos ámbitos.

Y por fin una voluntad que le ha dotado de una fuerza portentosa para transformar los entornos por los que ha pasado a lo largo de su vida movilizando espíritus, impulsando iniciativas, revolucionado estructuras y haciendo a los que le rodean mas inquietos, mas autoexigentes y, por lo tanto, mejores.